Y ahí estaba nuevamente, pronto a cruzar la policía internacional. Desde el otro lado del vitral podía ver las caras del Inti y el Guille, mis sobrinos, que sostenían la mano de la Vero (mi mama), me miraban diciendo “hasta pronto” con una mezcla de orgullo y tristeza. Era inevitable una lágrima brotó en mí. Por segunda vez, en menos de dos años, les volvía a decir adiós. Me subí al avión con ese sentimiento de culpa por dejar a todos en casa. Fueron 40 días junto a mi familia y amigos, era necesario para recargar mi mente y mi espíritu y así comenzar mi segunda Working Holiday Visa. Ya me había declarado un adicto a la adrenalina de un nuevo comienzo…

Melbourne. Sería mi nuevo destino, pero no sería tan fácil llegar: 55 horas de vuelo, escalas en Sao Pablo, Qatar y Kuala Lumpur. Fue el precio a pagar por conseguir el vuelo más barato. A esa altura nada importaba, en menos de 3 días Australia seria mi nuevo hogar y solo quería hacer de esta segunda visa la mejor experiencia de mi vida. No sería nada fácil, si de experiencias vividas se trata, le precedían, un año en Nueva Zelanda y 6 meses en Sudeste asiático. Pero mi convicción era más grande, la barrera del idioma ya no era un límite, mi ingles había mejorado considerablemente en el último año y medio. Sabía que en la tierra de Canguros y Koalas había una oportunidad para mí.   AUSTRALIA ALLÁ VOY!

El vuelo fue interminable, me sentía como si hubiera roto el Record Guinness en horas de vuelo! Mi culo ya no podía más, plano y sin sensibilidad! Por suerte siempre se puede improvisar una buena ducha en los baños de los aeropuertos, así que en mi última escala me puse mi mejor tenida, para así impresionar a esta ciudad que por 5 años consecutivos fue elegida como la mejor del mundo para vivir.

Recogí mi mochila llena de sueños y emprendí el trayecto al centro de la ciudad. El mapa decía Queen Street, ese era mi objetivo, sabía que ahí podría encontrar un Hostal para poder dormir.

Al contrario a mi llegada en Nueva Zelanda, en este viaje no tenía suficiente dinero para pasar 3 meses de turista. En cuanto mi cuerpo se recuperó del cambio de hora, mi único objetivo fue encontrar trabajo.  Ese mismo día en la tarde, un italiano que conocí en el Hostal, me dijo que su jefe buscaba Carteros. No lo podía creer, así de fácil, en menos de una semana tenia trabajo! Australia ya te amaba! Todo era perfecto!

“Nada en la vida es fácil!” Solía decir mi profe de historia! Al terminar el 7° día, mi teléfono sonó, era mi jefe! “Cristian you are fired!”. Sin más explicación, así de rápido como todo había comenzado, no tenía más trabajo. Mis miedos inundaron mi cabeza. “Y si no tengo suficiente dinero? Que hago solo en este país? Jamás podre encontrar otro trabajo…”

Me acorde de ese momento en NZ, mi primera entrevista de trabajo. Qué miedo! Que lejano se sentía eso, ahora que ya hablaba inglés!  Ese simple pensamiento me dio la fuerza para recomenzar. 50 CVs, una sonrisa y mi mejor inglés, fueron mi carta de presentación durante 3 intensos días, durante los cuales camine por cuanto rincón escondido encontré en la ciudad. Nadie me impediría que encontrara lo que buscaba. No deje que el miedo me venciera. Lo Hice! Tenía trabajo nuevamente! Ayudante de cocina en un café, en pleno centro de la ciudad.

Pase 2 meses en esta hermosa ciudad, volví a tener un trabajo, una bicicleta, encontré un lugar para escalar y amigos que a pesar de conocerlos hace un par de semanas, ya éramos familia! Pero sentía que la ciudad no era lo que buscaba. Melbourne ya no era suficiente, quería más!

Cuando era chiquitito, solía ver al demonio de Tasmania, ese simpático dibujo animado que solo daba vueltas y hacía ruidos extraños. Quería descubrir si todo eso era verdad o solo formaba parte de la imaginación de sus creadores. Con un poco de suerte y uno que otro contacto de amigos que conocí en los viajes anteriores, logré encontrar el mejor trabajo de mi vida y en Tasmania! De un día para otro mi nueva aventura comenzó.

Eran las 7 de la mañana, a un costado de la carretera esperaba el auto para ir a mi nuevo destino. Una camioneta blanca sin asientos me hizo cambios de luces. Era Jim, un escocés mezcla entre Willie de los Simpsons y Chuck Norris, bueno para la cerveza y con más aventuras que el mismo Tom Sawyer. Un Genio!

Después de 3 horas atravesando bosques y ríos, llegamos a mi nuevo hogar. Un viejo pueblo minero en el corazón de la Tasmania. Era INCREÍBLE, no había un solo poblado a menos de 60 kilómetros. Corinna es un Resort ecológico que utiliza las viejas dependencias del pueblo minero para alojar a sus huéspedes. Nada podía ser mejor! Tenía mi propia casa (la vieja carnicería del lugar, con más de 100 años de antigüedad), un río a menos de 2 minutos y la inmensidad del Tarkine una reserva natural, protegida por sus restos arqueológicos.

Mi labor? Chofer de balsa, chofer de bote, jardinero, ayudante de cocina, leñador, kayakista, hablar con los clientes, etc. No podía ser mejor! Me pagaban por hacer las cosas que me gustaban! Tenía compañeros de trabajo, de todas partes del mundo: Australianos, Ingleses, Escoceses, Belgas, Daneses, Argentinos y Franceses. No podía pedir más! Era feliz en medio de la naturaleza, sin internet ni televisión, solo con amigos y la inmensidad del bosque nativo.

Decidí pasar 6 meses de mi visa ahí. Solo 6 por que la WHV te limita a trabajar ese tiempo por empleador. De no ser así, aun estaría en medio del bosque! ajaja. Todo pasa por algo en la vida, tenía que dejar mi hogar… Entre abrazos y lágrimas emprendí un viaje en bicicleta de casi mil kilómetros por la costa este de Tasmania, solo mi bici y yo! Tuve el tiempo para respirar y pensar en todos los cambios que mi vida había experimentado en el último tiempo.

Hace muchos años una bruja le contó a la Laura, mi hermana, que yo haría un viaje muy largo, lejos de casa y la familia, en donde encontraría el amor de mi vida. Que les puedo decir… Una tontería! Solo me reí y lo deje en el olvido.

Ese día 8 de febrero, aun lo recuerdo, deje mi bicicleta y me interne en el parque nacional Freycinet, donde pasaría la noche. Instale mi carpa y súbitamente mi corazón comenzó a palpitar a mil por hora. Todo era verdad, la bruja tenía razón! Ahí estaba la Clem, con su pelo desordenado, soplando el fuego para calentar el plato de pastas. Hablamos y me contó que venía de Francia, que estaba recorriendo Tasmania a dedo. Para mi mala suerte iba en dirección opuesta a la mía. No lo pensé dos veces y cambie mi rumbo para no perderla de vista y así sin más, como en las películas, continuamos el viaje juntos.  Para sobrevivir pintamos, cortamos pasto, construimos una terraza, recogimos manzanas y cuidamos un bote. Ya pasaron dos años y aún no lo creo, la bruja tenia RAZÓN!
Pase 7 meses en una de las tierras más hermosas que he conocido. El invierno llego a Tasmania. Fue el momento de volver a la isla grande. Australia tenía más sorpresas preparadas para nosotros!

Pusimos el mapa en la mesa y casi al azar elegimos la Australia tropical, esa donde los cocodrilos son los dueños de los ríos, esa donde el agua del mar es 15 grados más caliente que en Chile! El pueblo de Port Douglas nos abrió sus brazos. Un pequeño pueblo turístico en frente de la gran barrera de coral, lleno de pequeños cafés y restaurants, un ambiente juvenil y con un sol que brilla todos los días.

Llegamos al camping con la carpa bajo el brazo, a solo un minuto de la playa. Fue ahí donde decidimos pasar los últimos 2 meses de nuestras visas. Un poco de trabajo por ahí y por acá para pagar la comida y el arriendo. Nada estresante! Así la playa sería nuestra primera prioridad.

Ya había pasado un año, mi Segunda Working Holiday Visa había terminado. No lo podía creer, el niño que había dejado Chile hace un par de años ya no existía. Un hombre lleno de vida y de experiencias lo había reemplazado!

Sídney fue nuestra última parada antes de dejar para siempre nuestra Australia querida, que tantas sorpresas nos había regalado! La Clem, me dio un fuerte abrazo, un beso, me dijo al oído que me quería y se subió al avión dirección Vietnam.

Yo esperaría un día más para subir al mío, Destinación EuroTrip!…

Lee toda mi historia

animation

Puede que te interese: