Cuando tenía 15 años, vi por primera vez la película El Señor de los anillos. Lo supe de inmediato, algo cambió en mí… Y no hablo de las historias sobre elfos o humanos en la tierra media, no. Me refiero a las montañas, los volcanes, esos campos verdes interminables, era Nueva Zelanda!!!

Pasaron más de 10 años cuando por casualidad encontré a un amigo que justo venia de esas tierras lejanas donde viven hobbits y enanos.  El me conto un secreto, sobre una visa, no muy conocida a ese momento, que te permitía vivir, viajar, trabajar y estudiar por un año, la gente la llama Working Holiday Visa.

A ese momento yo era como cualquier ciudadano chileno de clase media, trabajando 40 horas a la semana y haciendo lo que me gustaba los fines de semana. Pensé y pensé por mucho tiempo a ese secreto que mi amigo me confidencio. Y si me voy?… Como será viajar en avión?… Como será vivir allá? … NO … mejor me quedo!! Tengo buen trabajo, amigos, acá esta mi familia… Noooo puedo !! Fue un periodo de muchas dudas y a la vez de muchos sueños.

Con más miedos que nunca, es en Octubre 2012 que tome la decisión. Aplique para la visa!!! En ese momento, nunca hubiera pensado que esa decisión iba a cambiar mi vida para siempre… Mi familia y amigos me felicitaron, me dieron el coraje necesario para dejar la comodidad del hogar y salir de mi zona de confort.

Me tenía que enfrentar a un mundo completamente nuevo: otro país, otra cultura, y sobre todo OTRO IDIOMA!! Eso fue lo que más me asusto, el idioma. Como yo iba a poder comunicarme con la gente si estudie en un colegio público donde el inglés no era mi mejor fortaleza. Con la ayuda de mi motivación decidí dejar atrás todos y cada uno de esos miedos y emprender esta nueva aventura. NUEVA ZELANDA VEN A MI!!!!!

Llego el día. Después de haber hecho todas las despedidas necesarias, ahí estaba yo, solo en la sala de espera del aeropuerto, casi con ataque de pánico! Pero algo llamó mi atención, desde el otro lado de la sala, vi una persona, otro chileno que tenía la misma expresión de miedo que yo, me acerco y le preguntó, “dónde vas?”, el me contesto que iba a NZ con la Working Holiday Visa. Así que sin más Jonny y yo decidimos enfrentar esta nueva aventura juntos. Intercambiamos nuestros planes durante el vuelo. Era oficial 2 chilenos iban a conquistar NZ. Con  Jonny decidimos alojarnos en el mismo Backpacker, el Choice Backpacker, conocido en el centro de Auckland ya que la recepción hablan español, por lógica eso nos ayudaría mucho al momento de hacer los trámites del banco y del número IRD.

Pase 3 meses en Auckland haciendo un pequeño curso de inglés, y al mismo tiempo trabajando por acomodación en el hostel (Limpie los baños e hice la lavandería una hora por día a cambio de mi cama). Eso me basto para los primeros meses. No tenía un trabajo fijo solo disfrutaba de la playa y de mis nuevos amigos que venían de todas partes del mundo.

Pero como todos sabemos, la plata no es eterna así que llegó el momento de trabajar. No todo es vacaciones!!!

Durante mi estadía en Auckland conocí a un grupo de Argentinos que me ofrecieron ir con ellos a trabajar a Papamoa Beach, por la temporada de kiwis. Agarre mi mochila y tomé el bus, un trayecto de una hora y media hasta mi nuevo hogar. Pase 3 meses entre kiwis, playa, sauna y argentinos, una experiencia buenísima! Logre juntar el dinero suficiente para comprar una pequeña van, la Tina Turner, junto a Lea, mi amigo argentino, con la intención de conquistar las dos islas en un Road Trip al terminar la temporada de Picking.

En Julio con el auto cargado de provisiones partimos en nuestro viaje. Recorrimos lugares increíbles, conocimos personas cada una con una historia más motivadora, realizamos algunos pequeños trabajos durante el viaje, así pudimos pagar nuestra bencina y algunos lugares de camping.

Un mes más tarde llegamos a Wellington, la capital de Nueza Zelanda, con la intención de cruzar en el bote con destino la isla sur. La improvisación fue nuestra hoja de ruta durante todo este viaje, y siguiendo esta premisa, Lea el Che, encontró un trabajo en un supermercado y decidió probar suerte en la capital, me vendió su parte de la Tina Turner, y nuevamente me encontré solo contra el mundo.

La Isla Sur, es un mundo completamente diferente, si eres amante de la naturaleza salvaje como yo, amaras como loco este lugar! En cuanto la conocí, decidí que sería mi hogar por el resto de mi visa.

Como bien lo dice el nombre la Working Holiday Visa, no es sólo holiday. Llegó de nuevo el momento de buscar un trabajo que me permitiera vivir tranquilo y ahorrar el dinero suficiente para esta idea loca que comenzó a formarse en mi cabeza. Destinación el Sudeste Asiático!

Un amigo me contó que en NZ hay más vacas que personas. Esto me dio la idea para mi próximo trabajo : “Quiero ser Granjero, en una lechería!!” Puse en marcha mi querida van con destino Ashburton, la capital de las vacas en la isla sur. Con determinación, postule a cuanto anuncio encontré en internet, hasta que Lee y Shara me llamaron, mis nuevo jefes, mi nueva familia.  Asi comenzó la relación con mis 700 mujeres, mis vaquitas queridas,  me acompañaron durante casi 6 meses. Un trabajo duro y sacrificado. Me levantaba a las 4 de la mañana todos los días para recolectar la leche, para luego durante todo el día, hacer las labores propias de granjero. Una experiencia indescriptible! Viví la vida de un neozelandés durante todo este tiempo, aprendí a amar el rugby, la cerveza y el asado a gas!

Pero todo tiene un fin, llegó el momento de dejar mi familia kiwi, y hacer el último mes de mi visa recorriendo nuevamente con el argento Lea, la isla sur a dedo, la Tina Turner, mi compañera de viajes y aventuras encontró un nuevo dueño que la cuidaría tanto como yo.

Emprendimos un viaje de un mes haciendo dedo por toda la isla, como ya era habitual, encontrando fantásticas personas y lugares increíbles.

Un año de mi vida había pasado, la aventura más maravillosa que hasta el momento había experimentado estaba llegando ya a su fin. Nueva Zelanda se había terminado… Pero lejos de estar triste, mis ganas de seguir viajando, el hambre de descubrir el mundo se había despertado. Con ticket en mano y una mochila llena de sueños, me subí al avión con dirección Sudeste Asiático….

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